Ciao escuela, nos vemos luego amigos y hasta pronto familia.
"Poder decir adiós es crecer..."
Luego de haberme inscrito al 7º cuatrimestres de la universidad, a
un año de poder ser Lic. En Mercadotecnia, me vino a la mente, más insistente
que nunca, esa idea constante de mandar todo a la mierda y hacer lo que me
gusta. Llevaba varios años siendo barthender y en ese momento quería dedicarme
de lleno a ello, la idea consistía en adquirir mejor experiencia en un lugar
que no fuera mi ciudad. Ser barthender profesional era mi meta a corto plazo.
La idea nunca desistió y se hizo más latente que nunca en esa
ocasión; luego de quince días de haber iniciado el cuatrimestre y faltando la
primer semana casi a todas las clases con el único fin de reprobar todas las
materias por in-asistencia y tener un mejor pretexto para dejar la
escuela y dedicarme de lleno a trabajar para ahorrar e irme de la ciudad, el
objetivo se consumó, reprobé tres materias en menos de quince días e irían a la
alza al menos las dos restantes más por no entregar trabajos. Días después
acudí a darme de baja temporal, hacer oficial lo que sería mi estabilidad en la
inestabilidad.
Al mes de haberme dado de haber dejado la escuela, me compre un
vuelo para el nuevo destino. Playa del Carmen, el caribe mexicano del que todos
hablan y del famoso "Coco Bongo" de donde todos tienen fotos. Había
escuchado muchas cosas de quienes ya habían estado ahí, principalmente con
quienes trabajaba en ese momento, uno de mis amigos estuvo un año viviendo ahí.
Por eso tome la decisión de ir hacia ese lugar.
Para entonces debía prepararme también anímicamente, pues la
familia no me seguiría, aunque desde hace unos años ya no vivía con ellos, sabía
que podía verlos cuando quisiera, pero estando a más 3mil km no sería tan fácil
abrazar a mamá, papá, hermanas o sobrinos. Disfrute a todos cuanto pude
los últimos meses para no sentir esa necesidad al partir.
También dejaba buenos amigos, uno en especial que se convirtió en
mi hermano de vida. Iván, era una parte que tan solo pensarla dolía, pero los
cambios son así, hay ciclos que se terminan y vienen los mejores momentos para
vivir, siempre “poder decir adiós es crecer…” ya lo dijo Cerati.
Trazando el plan, encontré compañera de viaje, una española que se
unía a la travesía, ella ya venía viajando, su siguiente parada era la misma
que yo, así que viajamos juntos a la nueva experiencia llamada Playa del
Carmen.
Luego de unos días de recién llegados, nos fuimos a Belice a
recorrer un poco, pues ella debía salir a renovar visa para poder continuar en México.
Lindo Belice.
A la vuelta encontré trabajo enseguida y poco a poco me fui instalando en mi nueva vida.
Así comenzó la aventura caribeña...
Continúa...
Kevin J. Carranza Gonzalez.